jueves, abril 17, 2008

Nota extraida de www.lanacion.cl
Por Claudio Leiva / Fernando Duarte
Denuncias cruzadas entre alcaldesa y ex funcionario municipal

Al rojo vivo polémica en la Municipalidad de Renca

Acusaciones están en poder de la Contraloría y la Fiscalía Centro Norte. La Corporación de Asistencia Judicial de Santiago interpondrá hoy un recurso de protección contra la edil por supuesto “hostigamiento”


La Corporación de Asistencia Judicial de Santiago, en representación del sicólogo Marco Antonio Grez Muñoz, interpondrá hoy un recurso de protección en contra de la alcaldesa de Renca, Vicky Barahona (UDI), por supuesto "hostigamiento" de la edil al profesional.

Enrique Machado, abogado postulante de la oficina de Derechos Humanos de la Corporación, acudirá hoy a la Corte de Apelaciones de Santiago para pedir que proteja "los derechos a la intimidad" de su representado.

Grez Muñoz fue director del Centro de Varones Drogodependientes El Tamarugal, entre agosto y septiembre de 2007. Este lugar de rehabilitación dependía de la Municipalidad de Renca, pero fue levantado con fondos del Ministerio del Interior a través del Plan Comuna Segura.
"De acuerdo a las pruebas que nos ha traído (Grez), manifiesta claramente que está siendo alterado producto de la acción de terceras personas, presuntivamente motivadas por esta señora, que habría enviado a hacerle un seguimiento y a realizar otro tipo de hostigamientos, que se han mantenido hasta el día de hoy", señaló el abogado.

SUPUESTO ACOSO SEXUAL

Ligado a lo anterior, la Contraloría General de la República investigaría -según Grez- desde el año pasado una denuncia contra la alcaldesa Barahona por un supuesto acoso sexual de la edil al sicólogo de 45 años.

La denuncia también se presentó por acoso laboral, despido arbitrario y menoscabo laboral. Ingresó al ente contralor el 1 de octubre de 2007, con el N 077843.

Grez Muñoz fue despedido de su cargo el 25 de septiembre de 2007, mediante el decreto alcaldicio N 002498, firmado por la propia Barahona y el secretario municipal, Alejandro Niño de Zepeda Montenegro. El sicólogo dice haber acompañado pruebas y prestado declaración ante la Contraloría en diferentes fechas.
DENUNCIAS CRUZADAS

Además, la Fiscalía Centro Norte indaga otra denuncia del mismo profesional, esta vez por unas supuestas amenazas de muerte a él y su familia, de parte del administrador municipal Andrés Arenas Vendrell.

Esta investigación tiene el rol número 0700929489-3 y el fiscal a cargo es Claudio González. La causa se originó el 13 de noviembre de 2007, con el parte N 326 de la 19ª Comisaría de Carabineros de Providencia, hasta donde llegó Grez Muñoz a interponer la denuncia por amenazas.

De acuerdo a la acusación, las intimidaciones se produjeron ese mismo día, tras un incidente entre Grez Muñoz y la directora jurídica de la municipalidad, Rosa Ávila. El administrador municipal Andrés Arenas Vendrell intervino y tomó por las solapas a Grez Muñoz con la intención de golpearlo y profirió varias frases de amedrentamiento.

Por su parte, la abogada Ávila, en la misma fecha, acudió al SAPU de Renca para atenderse de un esguince al tobillo, producto de una supuesta agresión por parte de Grez Muñoz durante el altercado. El servicio de urgencia la derivó a la Mutual de Seguridad, donde le dieron 15 días de licencia médica.

El incidente fue denunciado en el parte N 7187 de la 7ª Comisaría de Carabineros, desde donde se remitió a la Fiscalía Centro Norte. Sin embargo, posteriormente la abogada no siguió con la acción judicial.

EL ACUSADOR ES ACUSADO

Con fecha 18 de marzo de 2008, el secretario municipal de Renca, Alejandro Niño de Zepeda, envió a la Fiscalía Centro Norte el oficio N 001349, que da cuenta de una denuncia de Miriam Soledad Silva Hernández, manipuladora de alimentos, en contra de Grez Muñoz por supuesto acoso sexual a jóvenes varones del centro El Tamarugal, mientras fue su director.

Según Miriam Silva, cuando era la encargada de cocina del centro El Tamarugal, "dos internos me confidenciaron que (Grez Muñoz) los acosaba sexualmente. En las noches los convocaba a su oficina a cada uno por separado y le pedía a R. C. que le tocara la guitarra y a E. V. que le contara chistes al oído; claramente él era homosexual, pero nadie se atrevió a denunciar porque era una cosa grave y difícil de probar.
Los chicos temían perder la casa de acogida y por ende la posibilidad de rehabilitarse que el centro les brindaba y yo temía perder mi trabajo, pero eso incomodaba y asustaba a los jóvenes", señala la denuncia de Silva.

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