lunes, julio 30, 2007

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lunes, julio 23, 2007

Una era inolvidable

Por Hernán Mella-Martinez

Una de las épocas más inolvidables de la música chilena es la de Nueva Ola, que alcanzo éxitos que hasta la fecha nos deleitan en emisoras de nuestro país.

Este incremento en la música chilena de los años 60” , no deja de tener relación con ídolos de otros países que traspasaron sus fronteras, tales como Hill Haley, The Platters y hasta el mismísimo Elvis Presley.

Uno de los que se asemeja más a estos estilos es Peter Rock, este fue uno de los primeros en grabar un disco, después le siguieron Los Rambler que alcanzaron su máximo éxito con el “Rock del Mundial” en 1962, esta canción vendió cerca de 300 mil copias.

De esta ola de éxitos se pueden rescatar artistas de gran trayectoria en la actualidad, tales como Danny Chilean, Cecilia, Marissa, Gloria Benavides, Gloria Aguirre, Fresia Soto, Fernando Montes, Ginette Acevedo, Los Red Juniors, Luis Dimas, Larry Wilson, entre otros.

La mayoría de estos intérpretes fueron superventas y coparon las listas de canciones más escuchadas a nivel nacional, desplazando a cantantes extranjeros de los primeros lugares, entre ellos Paul Anka, Elvis Presley, Neil Sedaka y Dean Reed.

Esto en la actualidad se podría contrastar con Rebelde, que hoy en algunos países saca revistas, artículos relacionados con su marca y distintos artefactos que sus seguidores pueden obtener.

Hoy es difícil que exista algo similar a lo que se vivió en los años 60”, sólo se podría revivir con espacios televisivos, como por ejemplo Rojo (TVN), que alcanzo grandes ventas de discos chilenos en los últimos años.

miércoles, julio 11, 2007

Ricky el camino a la perfección

Por Hernán Mella-Martínez

En sus inicios el cantante Ricky Martín (Enrique Martín), realizaba más balada y pop, esto lo llevo a recibir críticas de los especialistas por considerarlo más un producto de estudio que un cantante con una buena calidad vocal.

El boricua que comenzó su carrera en el grupo Menudo en 1984. Uno de los éxitos de este grupo es el sencillo, "No te deprimas", y fue cerca de los años noventa cuando integro el grupo Muñecos de Papel para la teleserie Alcanzar una estrella 2, México.

Su primer álbum homónimo, tuvo un gran éxito, con temas como Fuego contra fuego y el Amor de mi vida, entre otros, donde se veía un chico de pelo largo, además en aquella época el intérprete no realizaba muchos conciertos, de hecho ya avanzando en su carrera, cerca del año 1996, Martín no genero buenas expectativas luego de esa presentación, debido a las innumerables desafinaciones que tuvo en ese concierto.

Sin embargo el intérprete Puerto Riqueño se muestra mucho más sólido en el escenario, desde el álbum vuelve, el artista consolido su carrera, tanto en Europa como en Latinoamérica, al cantar el himno del Mundial de Francia de 1998.

Luego de estos grandes éxitos saca un disco homónimo (1999) el compartido de temas en ingles y español, es ahí donde se consagra en grande en el mercado Europeo.

Luego de esto, el cantante Boricua, lanza al mercado el disco "MTV Unplugged", en donde termina cerrando una etapa gloriosa, al ser un éxito increíble y de muestra que no es un producto de laboratorio

miércoles, julio 04, 2007

Articulo Extraido de la revista Mujer.

Esclavas del siglo XXI

Trata de personas: Sin castigo en Chile

Por: Mónica Stipicic

Se trata de uno de los peores delitos. Mujeres engañadas, explotadas, coartadas de libertad y obligadas a prostituirse sin recibir dinero a cambio. La trata de mujeres con fines de explotación sexual es una realidad en Chile, aunque en nuestro país no existe una ley que la sancione.

Bárbara, una santiaguina de 22 años, vivió a los 18 una experiencia que la marcaría para siempre. Madre soltera y de origen humilde, junto a una amiga escribió a un aviso que aparecía en el diario y que ofrecía trabajo como bailarina. Dos hombres las entrevistaron en un departamento en Providencia, en un curioso "casting" que terminó con ambas jóvenes en ropa interior. Pero ellas no notaron nada extraño, y una semana después estaban embarcadas en un avión rumbo a Punta Arenas.


"Cuando llegamos allá nos quitaron el carné, con la chiva de que iban a sacarnos carné de sanidad. Yo no entendía por qué, si yo no era puta, pero ellos me explicaron que era para que los pacos no molestaran. Nos obligaron a prostituirnos, a atender a muchos gallos por noche y nos quitaban mucha plata. Hasta me forzaron a participar en orgías. Vivíamos al lado del nigth club y durante el día andábamos dopadas, yo creo que porque nos daban cosas para dormir.

En el local me encontré con negritas de Panamá y Cuba; estaban muertas de frío y asustadas. Mientras estuve allá, una de ellas se suicidó. La pobre se encontraba lejos de su casa y, lo peor de todo, en Chile nadie sabía que ella existía, no era nadie. Lloré mucho cuando la encontraron con las venas cortadas: eso no era lo que quería para mí.

Una vez me subieron a un camión junto a otras chiquillas para irnos a Argentina, pero yo me tiré en el camino. Estuve mucho rato caminando hasta que llegué donde unos campesinos que me llevaron a la comisaría. Estaba helada y muerta de hambre, pero los carabineros se portaron súper bien conmigo, me creyeron y me cuidaron. Logré comunicarme con mi familia y volví a mi casa. De mi amiga nunca más supe.

Ahora doy gracias a Dios por haber sido valiente en el momento preciso y no haberme entregado sin pelear. Si no hubiera tenido a mi hija esperándome no habría podido hacerlo, porque una se siente sucia, enferma y cansada de la vida. Te transforman en una cosa, dejas de ser persona".

Victimas y victimarios

¿Pero cómo opera la mente de las personas que se dedican a esta oscura actividad? Según la psicóloga perita de la Policía de Investigaciones, Margarita Rojo, existe una diferencia radical entre el ‘cabecilla’ de esta organización y la red de tratantes. "Tienen características psicológicas muy diferetes. El cabecilla puede tener rasgos psicopáticos, es decir, frialdad emocional y premeditación, mientras que sus subordinados suelen ser sólo antisociales, o sea, personas que buscan ganar dinero fácilmente", explica.

La base de este tipo de ilícito está en la ‘cosificación’ de la víctima: "Las mujeres comienzan a ser consideradas como cosas, pierden la calidad de ser humano. Lo que estas personas buscan es desarraigar a las víctimas para privarlas de libertad y así poder explotarlas, el victimario tiene rasgos narcisistas y omnipotentes y, por lo mismo, establecen una relación constante con la víctima. Son personas seductoras, que hacen muchas promesas y tienen bastantes conocimientos acerca del comportamiento de las otras personas", aclara.

¿Por qué entonces estas mujeres no escapan? Según la psicóloga, se debe a que la mente de estas personas ha sido programada para que se sientan en deuda con su agresor: "les cortan las redes y les prohíben la comunicación, entonces ellas se enferman y comienza el proceso de lavado de cerebro. Las manipulan y dirigen con estrategias de victimización que muchas veces incluyen maltratos físicos, psicológicos y hasta torturas. Esta deprivación sensorial después de cinco días puede provocar alucinaciones, todo se distorsiona y se empieza a captar al victimario como un salvador. Es por eso que muchas mujeres no se arrancan, porque han sido despersonalizadas".

Sin dios ni ley...

Las palabras de Bárbara dan cuenta de los horrores a los que son sometidas las víctimas de un delito cada vez más frecuente en el mundo y que en Chile comienza a preocupar a las autoridades. La trata de personas constituye uno de los negocios ilegales más lucrativos y masivos en el mundo, superado sólo por el tráfico de armas y el de drogas en cuanto a asociaciones para delinquir y montos de dinero involucrados. Hasta hace algunos años conocido como trata de blancas, bautizado así por el envío de mujeres blancas a África. Hoy este ilícito reúne varias modalidades de tráfico, tal como lo define el artículo tercero del Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños: "Por Trata de Personas se entenderá la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. Esa explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos".

Nuestro país no está ajeno a todo esto. Situaciones como la vivida por Bárbara existen cada vez con mayor frecuencia. Aunque la cuantificación de víctimas es muy compleja, todos los casos que se conocen apuntan a la trata de mujeres con fines de explotación sexual, es decir, mujeres trasladadas de su lugar de origen y obligadas a ejercer la prostitución en condiciones infrahumanas.

Pero el mayor problema es que en nuestro país la Trata de Personas no está sancionada por la ley, es decir, no se considera un delito. "Hasta el momento no existe una legislación penal que lo sancione, aunque ya está en el Congreso una moción que nos permitiría hacer efectivo lo que hemos ratificado en numerosos protocolos internacionales. Actualmente, el proyecto se encuentra en segundo trámite en la Comisión de Constitución del Senado y esperamos que, si no existen modificaciones, pueda ver la luz antes de fin de año", aclara la ministra del Servicio Nacional de la Mujer, Laura Albornoz.

Por lo mismo, lograr cuantificar los casos se hace casi imposible. Para qué hablar de las sanciones. Según explica la prefecto comisario Ximena Castillo, jefa nacional de Delitos contra la Familia de la Policía de Investigaciones de Chile, lo único que existe son un par de artículos de los que es posible agarrarse para castigar el cruce de fronteras: "pero eso no soluciona mucho, porque si alguien se lleva a una mujer de Arica a Punta Arenas, no existe delito. Sólo es posible proceder cuando hay menores de edad involucrados". Ante el vacío legal, víctimas como Bárbara no se atreven a denunciar: tienen miedo y la convicción de que nada va a pasar con sus captores.

"Nuestro país es legalista, lo que la ley establece es lo que se sanciona y no existe un artículo del Código Penal que se refiera a la trata de personas. Como no existe la figura, no podemos sancionar al sujeto que lo comete y tenemos que tratar de encasillarlos en otras cosas que no describen lo que realmente sucede. Es necesario describir la situación para poder identificarla y sancionarla", señala la ministra del Sernam.

Frente a este panorama, en nuestro país sólo ha sido posible identificar dos casos, ambos de trata internacional. El primero de ellos corresponde al de una mujer boliviana que traía a sus compatriotas a trabajar al norte de Chile, para lo cual utilizaba los servicios de una agencia de empleos, a primera vista, bastante tradicional. El segundo y quizás el más bullado, es el que dice relación con la muerte de Sandra Vergara, una chilena de 30 años que falleció al ser lanzada, envuelta en llamas, desde el balcón de un edificio en la localidad de Girona, España. Si bien al principio se creyó que se trataba de un episodio de violencia intrafamiliar, las investigaciones en nuestro país terminaron con la detención del ciudadano español Francisco Sánchez y de las chilenas Pamela Cariaga y Jessica Paulsen, acusados de facilitar la salida al extranjero de seis mujeres. El juicio oral por esta causa está fijado para enero de 2008.

La esclavitud...

El único organismo que ha desarrollado un estudio acerca del tema de la trata de personas en Chile es la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Entre los meses de abril y septiembre del 2006, y en paralelo a estudios realizados en Argentina y Uruguay, un equipo formado por los abogados Andrés Saramago, Marcela Castillo y el psicólogo Gabriel Flores recorrieron ciudades identificadas como críticas: Santiago, Valparaíso, Viña del Mar, Arica, Iquique, Calama, Antofagasta, Coyhaique, Puerto Aysén, Punta Arenas y Puerto Natales, para conocer de cerca testimonios de víctimas y observar las condiciones en que viven y trabajan. "En este tipo de estudios la cuantificación no es lo más importante, más bien lo son las características: identificar víctimas, rutas, redes y respuestas institucionales", señala Andrés Saramago.

Los resultados demostraron que Chile es un lugar de origen, tránsito y destino de trata de personas con fines de explotación sexual y que la trata se da tanto a nivel interno, con traslado de mujeres dentro del territorio nacional como internacional, que se refiere al cruce de fronteras.

Después de recorrer los distintos focos, se detectó la presencia de 99 víctimas (un 89% de ellas adulta y un 11% menor de edad). Respecto de las nacionalidades, predominaron las chilenas (29%), argentinas (27%), peruanas (22%), colombianas (16%) e incluso algunas de origen chino (3%). Dentro de las zonas con mayor presencia de víctimas llaman la atención la Primera Región (10%), la Segunda (36%), la Undécima (7%) y la Duodécima (14%). A juicio de los investigadores, la mayor presencia de mujeres tratadas en las zonas extremas tiene que ver con los ingresos que actividades como la minería y la pesca de salmones otorgan a sus habitantes.Según explica Andrés Saramago, de la OIM, la mayor dificultad que encontraron para desarrollar el estudio fue la invisibilidad del delito, producto de la clandestinidad de las organizaciones criminales que lo perpetran, la ausencia de denuncias por parte de las víctimas y la falta de una adecuada tipificación. "Muchas veces ellas mismas no tienen noción de que son víctimas. Recién cuando la policía llega a hacer controles uno se da cuenta de que son los dueños de los locales los que guardan los documentos de identidad de las mujeres", explica.

Ese detalle es una de las claves para establecer que se está frente a un delito de trata de personas. "Las mujeres se encuentran lejos de sus hogares, la mayoría de las veces en otro país, indocumentadas, porque lo primero que hacen es quitarles sus papeles, sin dinero porque les costean el traslado y son obligadas a trabajar sin recibir a cambio nada de lo que les habían prometido. Se transforman en esclavas, trabajan para una organización que las tiene cautivas, encerradas, aisladas y que no les permite salir", dice la prefecto Ximena Castillo.

Las condiciones en que viven estas mujeres es quizás lo que hace más cruel este ilícito. Existen registros de mujeres que deben atender a 40 hombres al día, sin que ninguno de sus derechos sea respetado. "Incluso nos encontramos con una modalidad muy parecida al lucro cesante, en que las mujeres que deciden salir por una noche y no trabajar, deben pagar por su ausencia el equivalente a una jornada laboral", relata Andrés Saramago.

Lo más tremendo de este delito es que tiene continuidad en el tiempo. "Existe una conexión permanente, una dependencia absoluta. La persona nunca queda libre, ellos invierten en estas mujeres y cuando llegan a destino exigen recuperar la plata que gastaron. El problema es que nunca quedan satisfechos y, de una u otra manera, la deuda se mantiene. Es una cuestión terrible", afirma Ximena Castillo.

"Constituye una de las formas de violencia más fuerte contra las mujeres, porque es una suerte de esclavitud. La trata se hace con fines específicos de explotación. El espíritu del sujeto que negocia con ellas merece el mayor reproche, no sólo porque trafica con seres humanos, sino por el manejo y el destino que les da. Aquí hay una conexión permanente, una relación de subordinación y dependencia. Esto es esclavitud y se está dando cada día más, por lo que es de suma urgencia tipificar esta figura", reconoce la ministra Laura Albornoz.

Consentir no basta...

"Ellas saben a lo que van". Esa es la respuesta inmediata de muchos cuando se habla de trata de mujeres con fines de explotación sexual. Incluso, ese mismo fue el argumento utilizado por Anita Alvarado -la geisha chilena- cuando fue acusada de participar en la trata de mujeres desde Chile hacia Japón.

La ministra Laura Albornoz reconoce que el tema del consentimiento fue uno de los principales escollos que debieron resolverse al momento de presentar el proyecto de ley:"uno no puede utilizar el argumento del consentimiento para desvirtuar la trata de personas, porque bajo ese mismo precepto uno podría decir que las mujeres que son maltratadas dentro de sus hogares también consienten que eso ocurra. Aquí hay una relación de vulnerabilidad entre las mujeres y su agresor, por lo que el consentimiento es un concepto errado cuando estamos hablando de mujeres en situación de pobreza. A muchas mujeres se les pinta un cuento completamente distinto, son engañadas".

Aclara Ximena Castillo, de la Policía de Investigaciones: "Muchas veces se confunden las cosas. La mayoría de las veces estas mujeres saben a lo que van. Lo que pasa es que el tratante les ofrece ciertas cosas: mejores condiciones económicas, mayor cantidad de ingresos, etc. La trata se produce cuando, al llegar al país de destino, estas condiciones cambian".

Según señala la ministra del Sernam: "Nosotros debatimos bastante este punto, porque muchos decían que ellas querían irse a bailar a un topless. Eso es una clara muestra de discriminación de género. Por ejemplo, en la estafa, que es un delito económico, existe consentimiento de la víctima. Pero hay un engaño, y ese es el mismo argumento que nosotros queremos que se considere en este caso. No puede ser que respecto de las mujeres se pongan exigencias jurídicas superiores a las que existen para una transacción comercial".

Agrega la prefecto Castillo: "Todas las mujeres que han viajado al extranjero saben que van a ejercer la prostitución, pero no a ser tratadas como un objeto sexual. Eso es totalmente diferente. Si una mujer va y decide ser trabajadora sexual lo hace libremente, le cobra a los clientes y la plata es para ella. Lo otro es ser esclavas. Desde mi punto de vista es un delito tremendo, que transforma a las personas en objeto. Para mí es mucho más impactante, por ejemplo, que el tráfico de drogas, porque en ese caso la gente decide libremente si quiere comprar o consumir. Acá, en cambio, están tratando con personas que pasan a ser propiedad de otro, que puede hacer lo que quiera con ellas".